No utilice la IA para redactar contratos de cannabis

Uno de los fallos más persistentes y comunes en la industria del cannabis es el uso de apretones de manos en lugar de contratos de cannabis por escrito. Este es un tema sobre el que he escrito durante años (más recientemente aquí), y no parece que haya habido mucha voluntad de cambiar. A muchas empresas les gustaría adoptar buenas prácticas contractuales, pero los contratos de cannabis por escrito pueden ser demasiado caros o llevar demasiado tiempo negociarlos. Podría ser tentador recurrir a la IA para resolver este problema, pero hay una serie de razones por las que no es el caso.

En primer lugar, la precisión es clave en la redacción de un contrato. Si un contrato de cannabis escrito no es preciso, podría crear una serie de problemas totalmente nuevos para las partes, más allá de lo que cabría esperar en un acuerdo de mano. Aunque la IA puede ser muy útil para ciertas cosas, sería muy difícil que generara un contrato de cannabis que abordara con precisión todas las cuestiones que las partes quieren negociar. Claro que una persona competente podría trabajar con la herramienta de IA para afinar las disposiciones del contrato, pero eso implica tiempo y esfuerzo, lo mismo que requiere un contrato de cannabis escrito a la vieja usanza.

En segundo lugar, y en relación con lo anterior, se sabe que los programas de IA se equivocan o se inventan cosas. Tomemos el caso de algunos abogados que fueron sancionados (penalizados) en parte por presentar escritos con citas de casos que la IA se inventó por completo. Es cierto que se trataba de un asunto relacionado con litigios, pero cualquier abogado experto en transacciones sabe que hay circunstancias en las que algo así podría ocurrir en un contrato (por ejemplo, una falsa representación y garantía).

En tercer lugar, ha habido muchas preocupaciones sobre la IA y su efecto sobre las leyes de seguridad de datos, así como sobre la confidencialidad. En la medida en que los contratos contengan información confidencial o protegida por las leyes estadounidenses o internacionales de seguridad de datos, revelar información al programa de IA puede dar lugar a infracciones legales o reglamentarias o poner en riesgo la confidencialidad de la información del acuerdo.

En cuarto lugar, el uso de las nuevas tecnologías para redactar contratos de cannabis plantea todo tipo de cuestiones oscuras y aún no resueltas. Por ejemplo, si una persona que introduce información en un programa de IA para generar un contrato de cannabis lo hace en nombre de una entidad, ¿constituye eso el ejercicio de la abogacía? Si es así, esa persona puede violar la prohibición de su estado sobre el ejercicio ilegal de la abogacía (comúnmente conocida como UPL). O, si hay un error masivo en un contrato de cannabis generado por IA, ¿a quién puede culpar la parte perjudicada por el error, a la persona que introduce los datos? Seguramente estas cuestiones se resolverán en los próximos años, pero por ahora es demasiado pronto para saber cómo se resolverán.


Lo anterior es sólo una muestra de las cuestiones clave que espero ver con respecto a los contratos de cannabis generados por IA. He revisado contratos generados por IA en el pasado y, aunque estoy seguro de que los contratos de IA serán enormes en el futuro, sigo pensando que lo que he visto hasta la fecha tiene mucho camino por recorrer.