Las cinco principales preocupaciones al comprar una empresa regulada

A lo largo de los años, nuestros abogados especializados en derecho mercantil se han especializado en una serie de sectores regulados y por regular en todo el mundo, desde la sanidad hasta el cannabis, pasando por la banca y las finanzas o la regulación de valores para Web3 y otras empresas. Y una gran parte de esa práctica ha sido en fusiones y adquisiciones (M&A), o la compra y venta de empresas. Las fusiones y adquisiciones son un área complicada del Derecho. Pero cuando se trata de comprar empresas reguladas, las fusiones y adquisiciones son un monstruo completamente diferente.

Aunque no hay dos sectores regulados iguales, hoy quiero analizar las cinco principales preocupaciones que debe tener en cuenta un comprador cuando desea adquirir una empresa regulada.

1. ¿Está sobre la mesa la venta de activos?

Las empresas que llegan al punto de plantearse una compra son casi sin falta entidades jurídicas (sociedades anónimas, LLC, etc.). Por eso, cuando la gente habla de fusiones y adquisiciones, suele pensar en comprar la entidad (una "venta de empresa"). Sin embargo, suele ser mejor comprar simplemente los activos de una empresa con una entidad nueva (una "venta de activos"). En una venta de activos, el comprador obtendrá generalmente todos los activos, y no sólo los físicos: propiedad intelectual, nombre, arrendamientos, etc. La ventaja de hacerlo así es que el comprador puede seguir explotando la empresa, pero no hereda las responsabilidades asociadas a la entidad que vendió los activos.

Cuando se trata de empresas reguladas, la venta de activos puede no ser una opción. Las empresas reguladas pueden tener licencias, permisos u otros activos que no pueden venderse a una entidad no regulada. Por ejemplo, en el sector del cannabis de California, las licencias son "personales" de la empresa autorizada y no pueden venderse. Y los productos que posee esa empresa no pueden transferirse a un comprador sin licencia. En este tipo de industrias reguladas, la venta de activos está descartada.

Es mejor averiguar de antemano si la venta de activos es una opción, al menos por dos razones. En primer lugar, los compradores no quieren perder tiempo y dinero negociando una venta de activos si no es una posibilidad. Pero en segundo lugar, y aún más importante, los compradores de empresas tienen un mayor riesgo de responsabilidades no reveladas y, por lo tanto, actuarán de forma muy diferente en los procesos de diligencia debida y de redacción y negociación. Por eso, en cualquier adquisición de empresas reguladas, es fundamental trabajar con profesionales que entiendan el mercado aplicable y cómo podría afectarles.

2. ¿Quién puede ser propietario de la empresa regulada?

Las empresas reguladas pueden tener severas restricciones sobre la propiedad que podrían echar por tierra un acuerdo antes de que llegue a buen puerto. Por ejemplo, muchos estados tienen leyes sobre la práctica corporativa de la medicina (CPOM) que prohíben a los legos ser propietarios de consultas médicas. En esos estados, un comprador lego no tendría capacidad legal para ser propietario de la empresa regulada y podría estar sujeto a graves sanciones por comprar una empresa de este tipo. También en este caso, el comprador debe saber desde el principio si puede tomar una participación en la empresa.

3. ¿Cuáles son las cuestiones relacionadas con el cambio de control?

Algo relacionado con el punto anterior, los reguladores quieren saber quién es el propietario de una empresa regulada. En muchos casos, antes de que pueda producirse un cambio de propiedad, el comprador (o si el comprador es una entidad, los propietarios del comprador) debe ser examinado y aprobado por el regulador. Para algunas empresas reguladas, puede haber múltiples reguladores en varias agencias o divisiones gubernamentales, cada una de las cuales tendrá normas diferentes. Los procesos de cambio de titularidad pueden ser engorrosos y lentos, por lo que es mejor que los compradores estén al tanto desde el principio.

4. ¿Qué tipo de diligencias especiales hay que realizar?

Uno de los aspectos más complejos de una operación de fusión y adquisición es la diligencia debida, especialmente en la venta de una empresa. El comprador dedicará tiempo a investigar los activos, las finanzas, las prácticas laborales, las cuestiones fiscales, los contratos importantes, la propiedad intelectual, el historial de litigios, etc. de la empresa objetivo.

Las empresas reguladas complican el proceso de diligencia debida, a veces exponencialmente. El comprador tendrá que examinar el estado de las licencias del objetivo, las solicitudes y renovaciones de licencias, el historial de cumplimiento, el historial de infracciones de la normativa, etc. En algunos campos, como la sanidad, el comprador también puede tener que evaluar las credenciales o licencias de personas como los médicos que trabajan para la empresa objetivo o son sus propietarios.

Todo esto lleva tiempo y se añade a la diligencia debida que un comprador buscaría en cualquier operación normal. Lo que lo hace aún más complicado es que el comprador puede necesitar trabajar con un asesor jurídico lo suficientemente cualificado y competente para saber qué pedir y luego revisarlo.

5. ¿Cuáles son las preocupaciones operativas?

Tras el cierre, el comprador es propietario y responsable de su explotación. Incluso el comprador más experimentado puede no ser la persona adecuada para dirigir una empresa en un sector regulado. Los compradores deben tener en cuenta la complejidad de cada sector regulado, el impacto y la carga de la normativa, y la curva de aprendizaje para ponerse al día. Estos compradores a menudo tratan de exigir a los vendedores o directivos de la empresa objetivo que permanezcan en ella durante algún tiempo después del cierre para mitigar estos posibles problemas. Si no se cuenta con una estrategia práctica en este sentido, es probable que no sólo el negocio salga mal, sino que los reguladores llamen a la puerta.


Comprar una empresa es difícil. Nuestro equipo corporativo ha cerrado innumerables ventas de empresas y activos en sectores regulados y sabe que puede ser mucho más complicado que una simple operación de fusión y adquisición, incluso para empresarios experimentados. Trabajar con el equipo jurídico y los asesores adecuados desde el primer día ahorrará enormes costes, quebraderos de cabeza y sanciones, habituales en los sectores regulados.

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