Deepfakes y las vías legales para combatirlos

Los "deepfakes", sofisticados vídeos generados por IA capaces de injertar a la perfección el rostro y la voz de una persona en otro cuerpo, son un claro ejemplo de los retos a los que se enfrentan las tecnologías de IA. Los deepfakes son fabricaciones hiperrealistas que desdibujan los límites entre la verdad y la ficción, lo que representa una amenaza formidable en el ámbito de la desinformación. Los deepfakes también tienen implicaciones políticas, ya que presentan una imagen falsa de los líderes políticos, difunden información falsa y suscitan oposición. La capacidad de crear deepfakes se ha vuelto increíblemente accesible. Su aparición amenaza a cualquiera que tenga una imagen de sí mismo en Internet.

Pero, ¿cómo responder? Esta entrada del blog ofrece una visión general de algunas de las vías legales para hacerles frente, y algunas de las respuestas estatales hasta la fecha.

Navegar por el laberinto legal de los deepfakes

Los deepfakes van mucho más allá de la mera novedad tecnológica y se adentran en un complejo territorio jurídico cuando se pisotean los derechos individuales. Aunque en la actualidad ninguna ley federal aborda el tema, existen diversas leyes estatales y teorías jurídicas que pueden ayudar a poner coto a los deepfakes:

  • Derecho de publicidad: En numerosas jurisdicciones, las personas tienen derecho a la publicidad, lo que les permite controlar su imagen y semejanza. Los "deepfakes" que retratan a personas en situaciones comprometidas o falsas infringen este derecho, lo que puede dañar su reputación. Interponer una acción judicial por violación de los derechos de publicidad es una vía para poner fin a estas representaciones no autorizadas.
  • Difamación: Los deepfakes pueden servir como conductos para difundir falsedades maliciosas, empañar reputaciones e infligir angustia emocional. Los casos de difamación a través de deepfakes podrían justificar esta acción legal para compensar los daños causados.
  • Violación de la intimidad: Los deepfakes también son intrusivos, capaces de violar la inviolabilidad de la vida privada de las personas o de explotar sus identidades con fines nefastos. Las protecciones estatales de la intimidad ofrecen otra vía para limitar los deepfakes.
  • Infracción de los derechos de autor: La incorporación de material protegido por derechos de autor sin consentimiento es una faceta común de la creación de deepfakes y podría constituir una infracción de los derechos de autor. Los titulares de derechos de autor cuyas obras creativas se incluyan en deepfakes podrían presentar una demanda por infracción. Retirar el contenido en virtud de las disposiciones de la Ley de Derechos de Autor del Milenio Digital podría ser una forma de conseguir que este contenido se elimine rápidamente de las redes sociales.
  • Derechos de la personalidad e infracción de marcas: Más allá del ámbito de los derechos de publicidad, algunas jurisdicciones reconocen derechos de la personalidad más amplios que abarcan los rasgos y características únicos de un individuo. Estos derechos suelen infringirse en tales casos. Del mismo modo, las falsificaciones que imitan las imágenes o los portavoces de una marca también pueden vulnerar los derechos de marca y confundir al consumidor.
  • Acoso: Los deepfakes también podrían constituir ciberacoso o acoso, lo que está prohibido en muchos estados.

Navegar por la respuesta jurídica

El panorama jurídico en torno a los deepfakes está evolucionando, y los Estados están asumiendo la responsabilidad ante la falta de acción federal. En respuesta, California y Texas han promulgado medidas estrictas para combatir los delitos relacionados con deepfakes que puedan influir en las elecciones o que constituyan pornografía no consentida. Del mismo modo, Nueva York aprobó una ley que crea una causa legal contra la publicación ilegal de deepfakes. Sin embargo, la ausencia de una legislación federal exhaustiva crea la posibilidad de que continúe este variado mosaico jurídico, con un tratamiento diferente de un estado a otro.

Terreno complejo

Con la capacidad de crear medios de comunicación convincentes que presentan información falsa y representaciones ofensivas de personas desprevenidas, así como de suscitar falsos sentimientos políticos durante los años electorales, la tecnología impulsada por IA deepfake tiene el potencial de crear graves daños a las realidades políticas y sociales.

A falta de legislación federal, la respuesta a los deepfakes requiere la aplicación de una multitud de leyes estatales. Aunque existen remedios, localizar a los creadores de deepfakes puede ser increíblemente difícil, y las empresas de redes sociales son las más adecuadas para localizar y eliminar estos contenidos por violación de sus términos y condiciones. Sin embargo, incluso si se retira ese contenido, el daño puede estar ya hecho, ya que los vídeos pueden viralizarse rápidamente antes de ser retirados. La responsabilidad que tienen estas empresas de vigilar sus propios contenidos, y la obligación que tienen de responder a ellos, si es que tienen alguna, seguirán en juego.