Los comestibles con forma de oreja de Mike Tyson muestran el paternalismo de los reguladores del cannabis

Mike Tyson quiere comercializar comestibles de cannabis con forma de orejas mordidas. Lo ames o lo odies, hay que admitir que es ingenioso. Por lo visto, le está costando mucho comercializar sus "Mike Bites", debido a unos organismos reguladores que, al parecer, no saben aceptar una broma o a unas normas que no parecen tener ningún sentido. Aunque se trata de un ejemplo bastante extremo, pone de relieve los absurdos extremos a los que llegan algunos estados para controlar férreamente los productos. Analicemos esto un poco.

Hace unas semanas, el acuerdo propuesto por Mike Tyson con un productor canadiense de cannabis quedó aparentemente congelado debido a las normativas de Quebec y Alberta que prohíben la publicidad relacionada con una persona concreta. Más recientemente, los reguladores de Colorado al parecer dijeron que los comestibles de cannabis de Mike Tyson no se pueden vender en Colorado debido a una ley que prohíbe los productos con forma de personas.

Es probable que esto le siga ocurriendo a Mike, ya que muchos otros estados tienen leyes regresivas que prohíben los productos con formas de diversas cosas. Por ejemplo, las regulaciones en California (un estado con una larga historia de requisitos de etiquetado exagerados) prohíben "Cualquier producto de cannabis en forma de, o impreso con la forma, ya sea realista o caricatura, de un ser humano, animal, insecto o fruta". Muchos otros estados tienen leyes similares.

Hay muchas razones por las que un estado podría querer prohibir ciertos tipos de productos comestibles con forma de alimentos o frutas. Tal vez ciertas formas podrían confundirse fácilmente con alimentos no cannábicos. Tal vez atraigan a los niños. Son cosas legítimas que un regulador debería intentar evitar. Luego está la multitud de otras cosas que los reguladores intentan hacer sin ninguna base racional ni objetivo político.

Lo que suelen hacer los reguladores para evitar las críticas es alegar que lo que prohíben es atractivo para los menores. Pero no parece que exista una justificación política clara y defendible para prohibir productos de cannabis con forma de partes del cuerpo o que hagan publicidad de personas concretas. A mí, desde luego, no se me ocurre ninguna.

Se piense lo que se piense de Mike Tyson o de Mike Muerde, lo cierto es que se ha invertido mucho esfuerzo en desarrollar el producto y su comercialización, y los burócratas acabarán derribándolo basándose en leyes que no tienen mucho sentido. Este tipo de normativas no promueven ningún programa político real. Al contrario, dificultan el lanzamiento de marcas o productos nuevos y creativos.