Colombia Cannabis: Colombia lo intenta de nuevo

El 25 de noviembre, la comisión constitucional del Senado colombiano votó a favor de un proyecto de ley(Proyecto de Ley 189 de 2020 o PL 189-20) que legalizaría el consumo recreativo de cannabis en Colombia. A continuación, la medida se someterá al pleno del Senado y, si se aprueba, se enviará a la Cámara de Representantes para su consideración.

El proyecto de ley "propone la creación de un Instituto Colombiano de Regulación del Cannabis, que se encargaría de regular todo el proceso del cannabis recreativo, desde su cultivo hasta su distribución y consumo". Aunque en última instancia correspondería al regulador determinar si se permite la importación de cannabis, el texto legal propuesto contempla esa posibilidad. En concreto, el apartado 3 del artículo 22 estipula que el envase de los productos importados debe incluir el país de origen y la frase importado para Colombia.

Según las disposiciones del PL 189-20, habría estrictas restricciones a la publicidad de los productos del cannabis. También exigiría la imposición de un impuesto sobre el cannabis, pero "de forma que no cree incentivos para que los consumidores recurran al mercado negro" (artículo 27).

Gran parte del impulso del proyecto de ley proviene del deseo de privar a las organizaciones criminales de los beneficios de la economía del cannabis. Según el autor del PL 189-20, el senador Gustavo Bolívar, el narcotráfico "ha sido transversal a toda la violencia [de Colombia] en los últimos 30 o 40 años", y los ingresos "han servido para financiar a grupos guerrilleros, paramilitares [y] a las BACRIM".

Uno de los patrocinadores de la medida, el senador Luis Fernando Velasco, citó la experiencia de Estados Unidos en su apoyo. "Mientras en Estados Unidos regularizaron el consumo y generaron ingresos fiscales", dijo, "aquí mandamos a las autoridades a pelear con los campesinos. La gente seguirá consumiendo cannabis y con la regularización acabaremos con las mafias." Aunque este análisis ignora el hecho de que el cannabis sigue estando clasificado como droga a nivel federal y es ilegal en muchos estados, sugiere no obstante que el vecino del norte puede convertirse cada vez más en un ejemplo a seguir para los defensores de la legalización del cannabis en América Latina.

Reflejando algunas de las preocupaciones de sus homólogos legislativos en Estados Unidos, el PL 189-20 hace especial hincapié en las consideraciones de justicia social. La ley exige que el 35% de las licencias de cannabis se expidan a pequeños cultivadores que pertenezcan al menos a dos de las categorías enumeradas en el artículo 36, que incluyen minorías étnicas, mujeres cabeza de familia y víctimas de conflictos armados. Haciéndose eco de la invitación de la Ley Agrícola de 2018 a las tribus indígenas a presentar planes de cáñamo, el PL 189-20 establece que las comunidades indígenas "tendrán capacidad regulatoria y autonomía con respecto al cultivo [de cannabis], la producción, el almacenamiento, la transformación, la comercialización y el uso."

Hace tan sólo unas semanas, el 3 de noviembre, la Cámara de Representantes rechazó una propuesta similar, de la que hablamos en Se acerca el cannabis Lo último sobre Colombia y México. Sin embargo, se considera que el proyecto actual tiene más posibilidades de ser aprobado. Como explica El País , la medida derrotada pretendía modificar la Constitución colombiana, mientras que el PL 189-20 sólo busca establecer un marco regulatorio para el cannabis. Sus promotores "argumentan que en Colombia no existe una prohibición absoluta del uso recreativo de las drogas, en particular de la marihuana, y por eso este debate puede darse a través de la discusión de un proyecto de ley", sin necesidad de una reforma constitucional.

Dejaremos que el colombiano Steve Kornacki averigüe si los defensores del cannabis en la Cámara tienen alguna posibilidad de cambiar las tornas, tras la derrota por 102-52 del anterior proyecto de ley. Independientemente de cómo vayan las cosas, es alentador ver los incesantes esfuerzos de legalización por parte de los legisladores colombianos. La opinión pública sobre el cannabis está evolucionando rápidamente, y los partidarios de la legalización deberían estar preparados para aprovechar una corriente favorable. Además, el debate legislativo ofrece una plataforma inmejorable para abordar las preocupaciones sobre el cannabis, así como para destacar las oportunidades que puede aportar a una economía colombiana que necesita urgentemente un alivio.