Argentina: una nueva ley por encima del viejo pensamiento

La Cámara de Diputados de Argentina ha aprobado una ley para regular las industrias del cáñamo y el cannabis medicinal. Según uno de los promotores del proyecto de ley, "ha nacido una nueva industria en Argentina" con la aprobación del proyecto de ley (que destacamos el verano pasado en Legalización en América Latina: ¿Quién sigue después de México?). La nueva ley contó con cierto apoyo de los partidos de la oposición, un logro notable en una Argentina tan polarizada.

En ocasiones como ésta, lo constructivo es centrarse en las oportunidades que el nuevo régimen legal hará posibles, y celebrar la cooperación entre partidos en pos del interés nacional. Por desgracia, es difícil ignorar las opiniones menos ilustradas sobre el cannabis que se manifestaron durante la votación. En Argentina, el prohibicionismo ha retrocedido tras la votación, pero estas actitudes dificultan incluso un modesto progreso en el resto de América Latina.

Un diputado votó en contra del proyecto por considerar que "está claro que lo que se busca es la legalización" del cannabis de uso adulto. Otro legislador dijo que la aprobación de la ley llevaría a una "multiplicación del consumo", alegando que el vecino Uruguay vio aumentar el consumo del 8% al 20% tras una medida similar.

En primer lugar, el tropo de la pendiente resbaladiza es un tropo gastado, y uno que infantiliza a otros legisladores, así como a sus electores. ¿De verdad creen los promotores de este tropo que el argentino medio no puede distinguir entre un cigarrillo de marihuana y el aceite de CBD? Los legisladores que apoyan la nueva ley han sido muy claros sobre la importancia de establecer límites para mantener las nuevas actividades reguladas separadas de las actividades que siguen siendo ilegales. Insistir, a pesar de estas aclaraciones, en que el cannabis de uso adulto entrará por la puerta de atrás es, bueno, frustrante.

En segundo lugar, y suponiendo que las estadísticas sean exactas, ¿qué pasa si el consumo de cannabis ha aumentado en Uruguay? ¿Acaso el prohibicionismo ha protegido a Argentina del terrible destino que le ha deparado a Uruguay? Teniendo en cuenta que el PIB per cápita de este último país es casi un 50% superior al del primero, la respuesta parece ser no. Y aunque es probable que un mayor consumo de cannabis no mejore los resultados económicos de Argentina, las actividades industriales relacionadas con el cannabis seguramente supondrían un impulso económico. Según una estimación, la industria legal que está naciendo podría crear 10.000 nuevos puestos de trabajo para 2025.

Dejando a un lado las reflexiones cascarrabias, las noticias procedentes de Argentina son positivas. Estamos deseando ver la dirección que toma la nueva agencia reguladora del cannabis del país (Ariccame), mientras esperamos que otros países latinoamericanos tomen nota.