China frente a Vietnam en el sector manufacturero
Decir que el panorama mundial de la fabricación está cambiando sería quedarse corto. Lo que antes era una comparación relativamente sencilla de los costes laborales se ha convertido en un proceso de toma de decisiones mucho más matizado y estratégico. Las tensiones geopolíticas, los cambios en los regímenes comerciales y arancelarios, los trastornos tecnológicos, las preocupaciones medioambientales y las expectativas cambiantes de los consumidores han añadido complejidad a lo que solía ser una ecuación basada principalmente en los costes.
A medida que la práctica de fabricación de nuestro bufete de abogados fuera de China continúa expandiéndose, nos encontramos cada vez más involucrados en esta recalibración global. Cada vez más empresas están reevaluando dónde y cómo producen, debatiendo si trasladar sus operaciones de China a Vietnam, adoptar una estrategia "China+1" o diversificar en múltiples jurisdicciones. Hace diez años, alrededor del 90 por ciento de nuestro trabajo de fabricación internacional se centraba en China, y el 10 por ciento restante casi en su totalidad en otras partes de Asia. Hoy en día, China representa alrededor del 60%, y el resto está repartido por todo el mundo, desde el sudeste asiático hasta Europa del Este y América Latina. Actualmente trabajamos con una empresa que fabricará en Australia y Estados Unidos.
Hace tiempo que me fascina cómo toman las empresas estas decisiones. A lo largo de los años, he preguntado a cientos de empresas por qué elegían un determinado país para fabricar. En aproximadamente la mitad de esas conversaciones, las respuestas eran cualquier cosa menos convencionales. Sólo eso ya es revelador: estas decisiones rara vez son obvias, a menudo sorprendentes y casi nunca de talla única.
El cambiante panorama de la fabricación mundial
La pandemia de COVID-19 marcó un punto de inflexión en la forma en que las empresas piensan sobre las cadenas de suministro globales. Puso al descubierto las vulnerabilidades de la concentración excesiva y aceleró un cambio que ya estaba en marcha: una amplia reevaluación de los riesgos de depender demasiado de un solo país -especialmente China- para la fabricación de productos críticos.
Durante décadas, China fue vista como la fábrica del mundo, que ofrecía escala, velocidad y rentabilidad. Pero a raíz de la pandemia, las empresas empezaron a ver a China desde una óptica más ajustada al riesgo. Esa reevaluación se intensificó con la invasión rusa de Ucrania, que hizo que el riesgo, antes hipotético, de un bloqueo chino o una invasión de Taiwán pareciera sorprendentemente real. De repente, el cálculo geopolítico se hizo mucho más complejo y urgente.
Pero trasladar la fabricación de un país a otro no consiste únicamente en protegerse de los riesgos políticos o reducir gastos. Se trata de garantizar la calidad del producto, salvaguardar la propiedad intelectual, mejorar la capacidad de respuesta y alinear las cadenas de suministro con los objetivos más amplios de una empresa, ya sean normas ASG, expectativas de los clientes o posicionamiento estratégico a largo plazo.
Lo que China sigue haciendo mejor
A pesar de los crecientes esfuerzos de diversificación, no se puede negar el dominio duradero de China en la fabricación compleja y de gran volumen. Sus vastas cadenas de suministro profundamente integradas, su infraestructura logística de primer orden y sus profundos conocimientos técnicos la hacen extraordinariamente difícil de reproducir, especialmente en sectores como la electrónica de consumo, los componentes de automoción, la maquinaria industrial y los dispositivos médicos.
Esta fortaleza no ha surgido de la noche a la mañana. Décadas de inversión pública estratégica, desarrollo de mano de obra cualificada y sólidas alianzas mundiales han convertido a China en una potencia manufacturera. En la actualidad, su ecosistema lo soporta todo, desde líneas de montaje a gran escala hasta producción altamente especializada y de ingeniería de precisión, pasando por fábricas inteligentes de vanguardia impulsadas por IA y robótica.
Para las empresas que exigen escala, velocidad y sofisticación técnica, China sigue siendo no sólo relevante, sino a menudo indispensable. Aunque parezca increíble, muchas empresas me siguen diciendo que China sigue siendo "mucho más barata", a pesar de los aranceles del 45%.
Fortalezas e impulso de Vietnam
Vietnam se ha consolidado rápidamente como un centro manufacturero fiable y rentable. Aunque antaño era más conocido por sectores de mano de obra intensiva como la confección, el textil y el calzado, el país está ascendiendo constantemente en la cadena de valor. El ensamblaje de componentes electrónicos, la fabricación de precisión y la producción de tecnología media se están expandiendo rápidamente, impulsados por una importante inversión extranjera directa y un gobierno comprometido con la modernización económica.
El atractivo de Vietnam se debe a una combinación de ventajas estratégicas:
- Costes laborales inferiores a los de China
- Una mano de obra joven y capacitada con crecientes competencias técnicas
- Estabilidad política y económica en un mercado en rápido desarrollo
- Una situación geográfica estratégica en el Sudeste Asiático
- Acceso a los principales acuerdos comerciales, incluidos el CPTPP y el EVFTA
Aunque las infraestructuras vietnamitas siguen siendo una obra en curso, el país ha avanzado mucho. La ampliación de los puertos, la mejora de las autopistas y la creación de zonas económicas especiales están ayudando a Vietnam a ser más competitivo. Sin embargo, uno de los retos más constantes que observamos es la capacidad. La afluencia de fabricantes extranjeros -especialmente los que se están alejando de China- ha puesto a veces a prueba la capacidad de Vietnam para absorber la nueva demanda, sobre todo en términos de mano de obra cualificada, logística y espacio disponible en las fábricas.
Para las empresas que entran en Vietnam, los conocimientos locales y unos socios fuertes en el país suelen ser fundamentales. Quienes afrontan estos retos con prudencia suelen descubrir que Vietnam ofrece ventajas inmediatas y valor estratégico a largo plazo.
Aranceles, comercio y riesgos de transbordo
Uno de los mayores motores del interés por Vietnam ha sido la guerra comercial entre Estados Unidos y China. Los aranceles de hasta el 45% aplicados a muchas importaciones chinas han encarecido significativamente la fabricación en ese país de los productos destinados a Estados Unidos. Pero este ahorro de costes viene acompañado de una advertencia fundamental: el cumplimiento de las normas.
Asesoramos regularmente a nuestros clientes sobre los riesgos legales del transbordo, en el que mercancías fabricadas en China se etiquetan falsamente como fabricadas en Vietnam para evitar los aranceles. El Servicio de Aduanas y Protección de Fronteras de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés) ha intensificado las medidas de control. Si no puede demostrar el origen, se arriesga a fuertes sanciones, aranceles retroactivos e incluso daños a la marca.
Para evitar estos escollos, es esencial:
- Realizar auditorías de fábricas sobre el terreno
- Mantener una documentación clara de los flujos de la cadena de suministro
- Incluir condiciones de cumplimiento en los contratos con los proveedores
- Conozca las normas de origen de cada jurisdicción a la que realice envíos
Garantías jurídicas y contratación inteligente
Tanto si fabrica en China como en Vietnam o en cualquier otro lugar, el marco jurídico es fundamental. Hemos visto a demasiadas empresas meterse en problemas evitables simplemente por no haber garantizado la protección adecuada, ya sea en materia de propiedad intelectual, control de calidad o propiedad de diseños de productos.
Algunas de las herramientas jurídicas más eficaces para proteger sus intereses son:
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Acuerdos NNN (no divulgación, no uso, no elusión)
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Registros locales de marcas y patentes
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Acuerdos de fabricación y suministro bien redactados, con normas de calidad claras y recursos para hacerlos cumplir
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Acuerdos de desarrollo de productos que establecen la titularidad de la propiedad intelectual desde el principio
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Diligencia debida de los proveedores, incluidas comprobaciones financieras e historial de cumplimiento.
Una sólida base jurídica no sólo salvaguarda sus derechos de propiedad intelectual y contractuales, sino que también mejora la responsabilidad de los proveedores, disuade de conductas indebidas y le ofrece una ventaja decisiva en caso de litigio.
En nuestro artículo Fabricar en China: Minimizar los riesgos haciendo las cosas bien, repasamos varias salvaguardias legales que toda empresa debe tener en cuenta a la hora de externalizar su producción. Casi todas estas recomendaciones son igualmente aplicables a Vietnam y a la mayoría de los demás mercados internacionales de fabricación. Si actualmente está fabricando en el extranjero, o incluso si se lo está planteando, le recomiendo encarecidamente que lea este artículo.
China+1 y más allá
Para la mayoría de las empresas, lo más inteligente no es elegir entre China y Vietnam, sino aprovechar estratégicamente ambas opciones. La estrategia "China+1", cada vez más popular, permite a las empresas mantener operaciones de alta capacidad y sofisticación técnica en China y trasladar otras partes del proceso de producción -como el ensamblaje, el embalaje o la fabricación de menor riesgo- a Vietnam u otras jurisdicciones de menor coste.
Este modelo ofrece flexibilidad, rentabilidad y mitigación de riesgos. También se ha convertido en una poderosa forma de responder a los aranceles, la volatilidad geopolítica y las cambiantes expectativas de los clientes en torno al aprovisionamiento.
Además de Vietnam, estamos observando un creciente interés en India, Tailandia, Malasia, Indonesia, México, Colombia y Perú, a medida que las empresas persiguen estrategias de diversificación más amplias. Cada país ofrece su propio conjunto de ventajas y retos, y el ajuste correcto depende del producto, las necesidades de acceso al mercado y la complejidad de la cadena de suministro. Pero en general, la flexibilidad es la nueva regla de oro en la fabricación global.
También estamos viendo cómo un número significativo de fabricantes de propiedad china establecen fábricas fuera de China, sobre todo en el Sudeste Asiático y América Latina. En algunos casos, estas instalaciones se establecen para ayudar a eludir los aranceles o para servir a los clientes que buscan productos de origen no chino.
Cuando los clientes acuden a nosotros en busca de diversificación, a menudo les recomendamos que empiecen por explorar(con mucho cuidado) si su actual fabricante chino ya cuenta con instalaciones fuera de China, en Vietnam, México u otros lugares. En algunos casos, esto puede facilitar la transición. Sin embargo, es fundamental examinar a fondo estos acuerdos para asegurarse de que la instalación en el extranjero es legítima, cumple las normas y no es simplemente una operación encubierta destinada a facilitar el transbordo ilegal.
Mi conexión personal con Vietnam
A título personal, Vietnam es para mí algo más que un interés profesional.
Hace años, mi hija eligió Vietnam para su programa de estudios en el extranjero. Se sumergió en la lengua, la cultura y la economía del país y, al hacerlo, adquirió conocimientos, habilidades y amistades para toda la vida.
Vietnam es uno de los destinos vacacionales favoritos de nuestra familia, y yo también voy con bastante frecuencia por negocios. Siempre me impresionan el optimismo y la calidez del pueblo vietnamita. Estos contactos personales me han hecho creer aún más en el potencial de Vietnam. Es un país en alza, y llevo más de una década promoviendo Vietnam como alternativa a China. Véase, por ejemplo, ¿Cuál es su estrategia para Vietnam?
Conclusiones: La fabricación como activo estratégico
La fabricación internacional es sinónimo de resistencia, adaptabilidad y alineación con la estrategia general de su empresa. Elegir el lugar de fabricación adecuado puede reportar mejores márgenes, una mayor protección de la propiedad intelectual, plazos de entrega más rápidos y beneficios para la reputación que se agravan con el tiempo.
Vietnam presenta una oportunidad irresistible. Su trayectoria económica, su mano de obra joven y ambiciosa y su base industrial cada vez más sofisticada lo convierten en una alternativa inteligente -o en un complemento- a China. Pero no es una solución inmediata. Requiere una planificación cuidadosa, socios experimentados y un conocimiento realista de lo que Vietnam hace bien y de sus límites.
Mientras tanto, China sigue siendo una superpotencia manufacturera. En muchas industrias, sigue siendo el único lugar que puede ofrecer la escala, la especialización, el coste o la velocidad necesarios para competir a escala mundial. Para la mayoría de las empresas, la solución no es elegir uno en vez de otro, sino equilibrar ambos dentro de una estrategia diversificada y flexible.
Tanto si se está alejando de China, expandiéndose a Vietnam o evaluando oportunidades en varios continentes, estamos aquí para ayudarle a hacerlo bien.