Grandes bancos como JPMorgan Chase y Wells Fargo, así como propietarios como BentallGreenOak y Ashkenazy Acquisition Corp, se han visto indirectamente involucrados con los dispensarios de cannabis sin licencia de la ciudad de Nueva York, exponiéndolos potencialmente a problemas legales. Esta situación surge debido a la proliferación de tiendas minoristas sin licencia en la ciudad, con hasta 2.000 de ellas operando ahora desde que Nueva York legalizó la marihuana recreativa en 2021.
Una nueva ley conocida como Ley Local 107 de 2023 ("LL 107") que entró en vigor en julio permite a la ciudad multar a los propietarios con hasta 10.000 dólares si alquilan a sabiendas un espacio a inquilinos que venden cannabis ilegalmente. (Aunque el consumo de cannabis es legal a nivel estatal en Nueva York, sigue siendo ilegal a nivel federal. Los bancos que reciban pagos procedentes de la venta de cannabis, y especialmente los dispensarios de cannabis sin licencia, podrían enfrentarse a sanciones reglamentarias.
Un análisis de PincusCo y Bloomberg reveló que más de dos docenas de propietarios tenían como inquilinos a varias tiendas de cannabis sin licencia. Para algunos propietarios puede ser difícil determinar si sus inquilinos tienen previsto vender cannabis, ya que algunas de estas tiendas aparecieron inicialmente como tiendas de conveniencia o bodegas que más tarde añadieron productos de cannabis junto con aperitivos y cigarrillos.
Los propietarios que intentan desalojar a los inquilinos que se dedican a la venta ilegal de cannabis se han encontrado con un proceso de desahucio lento. Algunos casos no llegarán a los tribunales hasta septiembre, incluso después de recibir notificaciones de la Fiscalía de Manhattan.
Los bancos que han financiado propiedades con inquilinos de cannabis sin licencia también podrían enfrentarse a repercusiones. Un análisis de Bloomberg descubrió que JPMorgan Chase & Co, Signature Bank, Bank of America Corp, Wells Fargo & Co y New York Community Bank tenían numerosas hipotecas para propiedades arrendadas a fumaderos ilegales. Los bancos han sido cautelosos en los estados donde la venta recreativa de cannabis es legal, incluyendo un lenguaje en los contratos de préstamo que podría poner a los prestatarios en mora si la propiedad se utiliza en violación de la ley federal.
Lo que se desprende de esto es que no llevar a cabo la diligencia debida podría: 1) provocar serios dolores de cabeza a los inquilinos, incluida la exposición en virtud de la LL 107 con respecto a los dispensarios sin licencia, y 2) exponer preocupaciones sobre la solidez de los programas de lucha contra el blanqueo de capitales del banco. Los bancos y todos los demás arrendadores deben tener cuidado de investigar cuidadosamente a sus nuevos clientes minoristas e incluir en el contrato de arrendamiento un lenguaje estricto con respecto al "uso permitido" en el local.
