Los lazos entre China y América Latina están creciendo. Se trata de un acontecimiento importante para las empresas, y no sólo para las de China y América Latina. Para las empresas de Estados Unidos y de la mayor parte del norte global, China representa un enigma. El atractivo de sus vastos mercados sigue siendo fuerte, y para muchas empresas sigue siendo el lugar elegido para fabricar o abastecerse de sus productos.
Al mismo tiempo, existe una creciente preocupación en el país por el comportamiento de China. Si se tratara "sólo" de violaciones de los derechos humanos, habría menos preocupación general por los posibles efectos indirectos. Sin embargo, también existe la sensación -no injustificada- de que China se ha abierto camino a marchas forzadas hacia el dominio económico. En consecuencia, las empresas deben andar con pies de plomo a la hora de buscar los beneficios de su compromiso con China, con el fin de aplacar a unos clientes cada vez más frustrados en su propio país.
Pero las cosas son diferentes en el Sur global.